Ganadora del Oscar en su edición numero 79 como mejor película, basada en el film chino Infernal affairs, Matin Scorsese nos lleva al genero cine negro en el cual Leonardo Di Caprio un policía recién graduado es un topo infiltrado en los gangsters dirigidos por Jack Nicholson, este mismo también tiene un infiltrado en el departamento de policía donde trabaja Di Caprio interpretado por Matt Daemon, policía el cual es rápidamente ascendido gracias a los movimientos que realiza Nicholson. Matt Daemon es el encargado de encerrar a su padre en la cárcel por lo cual estaría asegurando la permanencia de Nicholson en la libertad, pero se entera de la existencia de una rata metida en su familia lo cual lo lleva a la furtiva busqueda ya que es imposible que le den el nombre del infiltrado...
Por el lado de Di Caprio también se entera que hay un topo insertado en la policía lo cual hace encender las alarmas en la policía.
Así es como transcurre la película que tiene acción, amor, una confusión entre quien es bueno y quien no lo es ya que los policías también tienen su lado oscuro, los gangster muestran su lado amable lo cual genera ese matiz de que lado esta lo correcto, común es ver en Scorsese involucrar indirectamente a la Iglesia católica en sus películas, su inconfundible afición por las mafias y nuevamente ocupando la figura de los irlandeses, con un lenguaje burdo lo cual nos termina familiarizando con la película, un final inesperado el cual tiene mucho que ver con la desesperación de la situación a la que se ven enfrentados ambos personajes.
Mucho enfoque en lugares que simbólicamente laberínticos, un juego impecable con la iluminación, las sombras en un principio cuando se presenta al personaje encarnado por Jack Nicholson, grandes actuaciones de Leonardo Di Caprio y Matt Daemon reflejando de una manera limpia la presión a la cual se les ve enfrentados, un guion muy bien logrado por parte de William Monahan nos llevan a una gran película.
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